MIS SIETE PECADOS Y VIRTUDES CAPITALES

Lujuria, Gula, Avaricia, Pereza, Ira, Envidia y Soberbia.

Te deseé sin llegar nunca a saciarme, hubiera hecho nido en cualquier cama en la que tú te hubieras posado y remetiendo bien fuerte las sábanas quedaría sellada para que nadie más entrara ni saliera por siempre.
La odié por tenerte y te odié a ti por hacerme creer que podrías ser sólo mío algún día, la estupidez no es un pecado capital pero deberían instaurarlo como tal para que tratemos de evitarla, pues con ella te condenas más que con ellos.
En el fondo da igual, los he cometido todos, estoy perdida por imbécil o por pecadora, pero lo estoy.
No hay salida, pues cuando por fin te das cuenta de que la esperanza no es como la materia porque ella sí se destruye, y por tanto dejas por fin de ser idiota, sólo te queda el refugio o el consuelo de la soberbia y el malestar de la pereza del vencido que ya no piensa por ti luchar más. Terminas de caer al infierno aunque al engaño de creerte vencedor te aferres cuando por fin te rindes entonando el consabido "Tú te lo pierdes".

Amor, ayuno, generosidad, diligencia, perdón, entrega y humildad.

Si me deseabas me daba entera, sin quedarme yo nada para a ti saciarte, hubiera construido nido en cualquier cama que tú hubieras elegido y allí habría esperado sin moverme para que siempre supieras dónde encontrarme. Hubiera renunciado a todo, quedaría yo sellada para que sólo tú y nadie más entrara ni saliera por siempre sin importarme mi cautiverio.
La idolatré por tenerte y quise ser mejor intentando merecerte para que quisieras fuera tuya algún día, pero no pude pedirte nada ni reprocharte, sólo pedir disculpas por mi parte en la burla, pues quién no espera, quién no ansía y quién no yerra por amor... si no amas ni te entregas te condenas.
En el fondo da igual, estoy perdida pues te regalé mi alma sin tú pedirla y no hay salida, pues cuando pierdes la esperanza te encuentras buscándola de nuevo en cada esquina... toda una ironía es que ella me siga... así que sólo te queda el refugio o el consuelo de saber que haber amado es más grande que ser amada y la intención de seguir luchando por renacer tu alma y poder volver a darla.