SOY ASÍ, NO SÉ, QUIZÁ SÍ, QUIZÁ ES TODO MENTIRA, PERO GRACIAS

Hoy añoro que las cartas de amor sean para los enamorados.
La carta era de amor, de un amor inmenso que me llenó el corazón, me hizo sonreír, me hizo feliz, me dio alas... Estoy segura de que era esa su intención, no era una carta de enamorado sino de amor, quizá me equivoque pero no importa porque eso quería, hacerme un regalo, hacerme feliz, y así lo recibí y así, escribiendo estas letras te lo agradezco.

Siento que haya un tono agridulce en mis palabras, no lo mereces, no quiero ser desagradecida, pero hoy añoro que las cartas de amor sean de enamorados y aunque me hincho de orgullo al leer que "existo más allá de cualquier tedio y cualquier odio y de todos los que quitan las ganas" no puedo evitar sentirme un fraude como profesora si me aplico que "yo debería impartir la asignatura de aprender a vivir".

Bueno, tampoco es para tanto, no puedo mortificarme ni sentirme culpable por no ser eternamente feliz, es normal que me falte que las cartas de amor sean para enamorados, es humano. Pero de nuevo tus palabras me hacen sentir inmerecedora de tanta admiración... "no soy invencible" aunque lo parezca, pero me alegra ser capaz de trasmitírtelo y si te resto años "para que no envejezcas" ese es mi mejor regalo. Efectivamente lograr que estar a mi lado sea agradable es un trabajo que me he impuesto como la más agradable de las tareas.

Si he puesto distancia y no te he dejado acercarte no es para que no te aburras ni para que no descubras mi secreto, es sólo que me puse contraseña cuando descubrí que había ladrones y luego olvidé cuál era... ahora hay que ser como el rey Arturo, sólo el apropiado logrará sacar la espada y cuanto más tiempo pasa más la aferra el óxido y el moho.

De nuevo me disculpo por este tono tristón que hace más inmerecida tu carta pues convierte en mentira las cosas por las que dices admirarme. Siento destapar la trampa y decepcionar pero más sentiría mentir a alguien que con tanto esmero me hizo este regalo.

Me quedo con lo del baile que por más superficial también es más difícil de disimular. Me sonrojan tus halagos y, aunque como digo, debería ser lo menos importante por ser lo menos profundo, para mi es un mundo pues descubrí bailando la libertad. Te recomiendo que encuentres tu ritmo y lo acompases al mío en lugar de seguirme, igual descubres que no soy yo quien baila sino mi alma queriendo ser quien ves y que ahora reconozco no ser.

Un vez más te pido perdón por contradecirte y con ello seguro desilusionar tus intenciones pero saber que a mi lado descubriste "que valió la pena ser hombre" me obliga a desmentirte y decirte que "ojalá algún día haya mujer que valga esas palabras".

No sé si durará este anonimato ni si leerás esta mi confesión pero seas quien seas y esté donde estés GRACIAS, por animarme a seguir intentando ser quien tú ves en mi.