jueves, 12 de julio de 2007

TRABAJAR DEMASIADO NO DIGNIFICA

Y la verdad es que a veces pienso que no sé si dignifica trabajar en ningún caso o es una moto que nos han vendido para que curremos sin rechistar. Supongo que algo sí, porque de algo hay que vivir y uno se puede sentir orgulloso de ganarse la vida de una manera más que de otra...
La verdad es que hoy en día no me siento muy digna que se diga (laboralmente, malpensados), porque me toco un poco las narices.
Bueno, en realidad no es que me toque las narices, porque estoy segura de que el ritmo habitual del 70% de la gente es este o menor, pero es que estoy acostumbrada al corre corre y al estrés: ME DEDICO A LA PUBLICIDAD.
Cualquiera que lo conozca un poco sabrá porque lo pongo en mayúsculas como si fuera la cacho conclusión y un "acabo de descubrir Roma", porque el ritmo de la publi es vertiginoso.
El caso es que cambié de trabajo porque el proyecto que me ofrecieron me pareció super interesante y una buena oportunidad de aprender otras cosas, de ser profesionalmente más versátil (porque personalmente ya lo soy jeje) y la verdad sea dicha, me ofrecían una pasta (laboralmente hay que ser muy digno pero no hay que olvidar que trabajamos para vivir, y vivir lo mejor posible mejor que sólo vivir). Ahora trabajo en una Consultoría de Branding y soy Account Manager, que suenaa muy diigno pero que no es más que el típico director de proyectos, gestor de clientes, etc...
El caso es que ahora "vivo muy bien" según lo que se entiende comunmente por "vivir bien", pero la puñetera realidad es que aunque lo de salir a mi hora y no estar todo el día estresada sonaba muy bien desde fuera, por desgracia aquí la niña es una adicta al trabajo y hecho de menos el ritmo de la Agencia de Publicidad.

En cualquier caso, todo esto pretendía servir de introducción para empezar a meter en el blog mis poesías, y empezar de manera light y divertida con un minipoema sarcástico e hiperrealista me parecía una buena manera. Lo escribí en una de las muchas ocasiones en las que salía a las mil de currar y estaba hasta los huevos de no hacer más que del curro a casa y de casa al curro, malcomiendo por ahí porque no tienes tiempo ni ganas de cocinar. De ahí todo este rollo sobre el curro que os he contado...

Aquí viene:

RUTINA:
"Toda una vuelta al reloj dedicada
a mi propio enterramiento,
y no quiso el día regalarme un final feliz.
Lo remato con castigo lento,
¡muera el día con un lamento!
Al encargar solitaria y sin condimento,
un mísero sándwich del VIP’S".

Me gustaría hacer otros 2 pequeños comentarios sobre el sentido de este minipoema:
1. que lo escribí, no sólo hasta los huevos de salir tarde, sino también hasta los huevos de no poder quedar con nadie, en especial con un chico que había quedado y no pude ir por el curro.
2. estaba en una época de replanteamiento existencial en la que empezaba a pensar que el trabajo aliena y no dignifica y que el mundo capitalista no hace más que meternos en su rueda y girar y girar de manera que la fuerza centrífuga nos atrapa y no podemos salir hasta que llega un punto que nos creemos que es donde queremos estar... en fin, el chico en cuestión era bastante filósofo y bohemio soñador y a mi me gusta tratar de comprender a todo el mundo y me mimetizo... JAJAJA

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